La dimensión espiritual es nuestro núcleo, nuestro centro,
el compromiso con nuestro sistema de valores,
un área muy privada de la vida, de importancia suprema.
Bebe en las fuentes que nos inspiran y elevan, y que nos ligan
a las verdades intemporales de la humanidad.
Y tiene en cada persona un carácter muy distinto y diferente.
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